Se satisface la necesidad de expresión y creación, a través del conocimiento de su propio cuerpo, ayudándolo a descubrir las múltiples capacidades de movimiento.
A través de la pintura los niños descubren a un mundo lleno de colores, formas, trazos e imaginación, simbolizan sentimientos y experiencias.
La música estimula la comunicación, la creatividad, la sensibilidad y aumenta la capacidad de concentración y expresión de los niños.